día y hora

viernes, 26 de octubre de 2012

Poltronas y Yogures-publicado en el Faro de Vigo, 29-10-2012-


POLTRONAS Y YOGURES

Lo hemos comprobado recientemente a raíz de los últimos resultados conocidos en los comicios  tanto en Galicia como en el País Vasco, pero no es exclusivo del mundo político (si no, fíjense en el ejemplo cercano de algún mandamás financiero que ha disfrutado, hasta hace bien poco, de un poder casi omnímodo en su empresa).

                Después de sufrir una sonora derrota en las urnas, algunos dirigentes políticos la justifica con argucias y sutiles argumentos diciendo simplemente: “lo haremos mejor en las próximas elecciones”. Se aferran al cargo como si les fuese la vida en ello sin importarles la opinión, en muchas ocasiones, de sus propios votantes y simpatizantes. Son conscientes, una vez fuera de los cargos públicos, que dejarán de ostentar esa sensación de poder narcisista y de figurar en los titulares de los periódicos. La poltrona en el cargo, a la que algunos se agarran como a un clavo ardiendo, debería tener impresa de antemano fecha de caducidad, como los yogures. Sabemos científicamente que aunque nos tomemos un yogur treinta días después de su fecha caducidad no tiene por qué sucedernos nada malo. Pero no se les ocurra a ustedes tragarse uno comprado hace más de un año, porque las consecuencias para nuestra salud pudieran ser bien distintas; aunque aparentemente vean en la nevera el envase impoluto de un inocente yogur, el contenido puede que esté más putrefacto que la corrupción en algunos ayuntamientos.

                Lo dicho, la permanencia en las poltronas para cargos públicos no debería extenderse más allá de la fecha de caducidad de un yogur. Después, habrá que reponerlos necesariamente, pues de lo contrario se corre el riesgo de que un buen día alguien los retire sin contemplaciones del expositor refrigerado del súper.

No hay comentarios: