Inicialmente pensé en llamarla "Sinfonía Inacabada", pero una vez que iba cobrando vida propia no tuve más remedio que cambiar de opinión. "BREVE SINFONÍA DE OTOÑO", este va a ser el título definitivo de mi primera novela corta, o de mi corta novela, o tal vez no sea más que un simple ensayo. La empecé con mucho entusiasmo a finales del pasado mes de noviembre. Después de escribir cerca de cincuenta páginas me permití un tiempo de reflexión antes de continuar, aguardando que se cruzase en mi camino, y en el de mi novela, algún personaje real para poder novelarlo e incorporarlo al argumento.
Finalmente esto no ha sucedido, o tal vez sí; la propia novela lo descubrirá. Puedo adelantar que no es una novela histórica, aunque hay datos históricos y se desarrolla, en parte, en una época difícil de nuestra historia reciente. Tampoco es una obra poética, aunque he incorporado unos hermosos y conmovedores poemas. Y no es una obra musical, pero sí incluye una sugerente, pero breve, obra sinfónica que refuerza, envuelve y da vida, en gran medida, al argumento.
A continuación muestro dos breves fragmentos del inicio de mi primera novela -BREVE SINFONÍA DE OTOÑO-, con el deseo de que llegue algún día a ver la luz.
"Cuando la Orquesta
Filarmónica de Berlín se disponía a iniciar los primeros compases del segundo y
último movimiento, “andante con moto”,
de la sinfonía nº 8 en Si menor, D.759, del compositor Vienés Franz Schubert,
se escuchó un gran estruendo en el patio de butacas del Palacio de la Ópera, entre
las filas séptima y novena.
Al principio hubo una gran confusión. Los músicos dejaron
de tocar inmediatamente y, luego, el público asustado, también los del primer,
segundo y tercer anfiteatro, saltaron literalmente de sus cómodas butacas
dirigiéndose en estampida hacia las puertas de salida................"
"..............El día amaneció
cubierto con cielo de color gris plúmbeo y un viento molesto del norte. Aunque
el reloj de pared marcaba las cuatro de la tarde, la luz del día se iba
apagando poco a poco hasta convertir la ciudad en una postal de sombras
alargadas, iluminada sólo por la tenue luz amarilla de las farolas y los luminosos
de los pocos comercios y cafeterías que aún quedaban abiertos al público.
Los copos de nieve caían
mansamente en la Place De Youville, en el casco antiguo de la ciudad Alta. Era
principios de Septiembre y Sophie Dubois, a sus 88 años de edad, veía desde su
pequeño apartamento, tras el cristal de su ventana, el lento y dificultoso
caminar de las personas cruzando la calle, hundiendo sus botas en veinte
centímetros de nieve. Era la primera nevada del año en Quèbec..............."