día y hora

viernes, 19 de abril de 2013

EL ABATIMIENTO DE PESCANOVA, publicado en el Diario de Pontevedra, 29-04-2013 y Faro de Vigo, 14-05-2013


EL ABATIMIENTO DE PESCANOVA

Los que han trabajado en el mundo de la mar en los años setenta del pasado siglo en algunos de los barcos que Pescanova tenía en  aquellas latitudes de pesca del atlántico sureste, en Sudáfrica (antes de que en 1990 se independizase el estado actual de Namibia), han echado mano más de una vez del “Indispensable del Marino”, edición de 1948, obra de consulta de García Paredes-Barbudo, porque como dicen los autores, en esta obra está “la sabia que nace de la experiencia deducida de las cosas”, y “lo deben conocer los técnicos de cubierta y será la mejor compañera del oficial de derrota y muy útil para los que aspiran a obtener los títulos de capitán, y piloto”. Puertos como Saldanha, Cape Town o Walvis Bay están en el recuerdo de todos aquellos marineros que han faenado en barcos de Pescanova en interminables mareas que duraban varios meses, lejos de la familia. En el diccionario de este libro de consulta aparece, por orden alfabético, la palabra abatimiento y que la define como “el efecto producido a causa de la acción del viento y de la mar sobre el aparejo y la obra muerta de un buque que hace derivar hacia sotavento”.
            Nuestra multinacional gallega pesquera, que forma parte del foro de Marcas Renombradas de España, ha quedado dañada, sufriendo una vía de agua importante en el casco debido a la grave situación económica y financiera, con un agujero económico que haría zozobrar al buque factoría más sólido de su flota fruto, sin duda, de la actual crisis económica, pero también de la más que presumible ocultación de su grave situación financiera, siendo advertida seriamente por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En estos momentos Pescanova está sometida a una auditoría externa de sus cuentas que debe esclarecer los verdaderos motivos del preconcurso de acreedores que ha presentado. La supernova –Pescanova- estrella económica que alcanzó luminosidades extraordinarias de gigante, pasará a ser una más en el firmamento empresarial, de no enderezar el rumbo de sus cuentas. Algunos apuntan directamente al poder omnímodo de su Presidente y de no pocas alegrías financieras pasadas debido al excesivo endeudamiento en época de bonanza crediticia. Para la corrección del rumbo –según El Indispensable del Marino- se considera el abatimiento positivo cuando el buque recibe el viento por babor, y negativo en caso contrario. Esperemos que en honor de todos aquellos trabajadores de la mar que lo han dado todo por esta Compañía y de los que en estos momentos sufren en sus carnes la incertidumbre de su futuro laboral, Pescanova pueda enderezar el rumbo, aunque para ello sea indispensable desprenderse del lastre de ejecutivos sin escrúpulos. 

miércoles, 17 de abril de 2013

¡AY, PENA, PENITA, PENA!, publicado en Faro de Vigo, 10-05-2013


¡AY, PENA, PENITA, PENA!

La letra de esta conocida copla, que compusieron a mediados del pasado siglo (más o menos) Quintero, León y Quiroga, y que la popularizaron, entre otros, Concha Piquer y Miguel Molina, suena como una premonición de lo que ha sucedido o puede suceder a algunos de nuestros más ilustres personajes -pertenezcan o no al mundo de la farándula- y que están todos los días en la parrilla de salida de los medios de comunicación –los que consideramos serios y los que no- y protagonistas también del papel couché, alimentando el circo mediático y el morbo generalizado de los que, sin pena ni gloria, formamos parte de este valle de lágrimas. Como en la letra de esta famosa copla, una mujer fatal, una viuda negra o simplemente una mujer de raza se lamenta de ser la causa de todas las desgracias del hombre al que ama: “Si en el firmamento yo tuviera/esta noche negra lo mismo que un pozo/con un cuchillito de luna lunera/cortaría los hierros de tu calabozo”. La pena o condena –en este caso penita- que le ha caído a la tonadillera, la viuda negra de España, la Pantoja, por sus tejemanejes blanqueando, no precisamente las sábanas de su dormitorio, y que ha supuesto, ni uno más ni uno menos, que veinticuatro meses, ¡que exactitud!, le ha liberado, de momento, de estar los próximos días, con sus noches luneras en el trullo, so pena de reincidir; mientras a su expareja le han caído siete añitos del ala y a la sombra, no de los pinos precisamente, ahogando las penas en el recuerdo de aquellos días inolvidables en El Rocío, preguntándose una y otra vez, ¿ha merecido la pena?, y a la espera de otros juicios pendientes que, presumiblemente, harán engrosar aún más la suma de la -¡ay, pena, penita, pena! hasta quedar más preso y atrapado que un engañado suscriptor de preferentes y subordinadas, estas últimas con o sin vencimiento.
            ¿Ocurrirá realmente lo mismo con otros personajes, en la mente de todos, haciendo valer de una vez por todas aquello que dice nuestra Constitución en su artículo 14 y que algunos entienden a duras penas:”Todos somos iguales ante la ley……..”?; lo contrario, sería de pena.

“Me duelen los ojos de mirar sin verte/reniego de mí/que tienen la culpa de tu mala suerte/mis rosas de abril”. Pues eso, hay que echarle la culpa al mes de abril, por cargarle el muerto a alguien; y como es de sobra conocido, en abril aguas mil.

Obras menores, publicado en el Faro de Vigo, 17-04-2013


Hay obras –las públicas–, que parecen no tener fin; por ejemplo, las del AVE o las de la Cidade da Cultura en Santiago de Compostela. Con esto quiero decir que sabemos cuando empezaron, pero desconocemos, a ciencia cierta, cuándo van a concluir.
Pero existen otras obras, calificadas como menores, que también se pueden eternizar en el tiempo. Me refiero a ciertas obras que algunos soportamos estoicamente en una comunidad de vecinos (incluidos domingos y fiestas de guardar). Como las públicas, se sabe cuándo empiezan, porque las sentimos, por ejemplo en la reforma integral de un cuarto de baño. Empiezan con unos martillazos indiscriminados y ensordecedores, ¡Pom!, ¡Pom!, que hacen temblar, literalmente, las paredes y columnas comunitarias, también las maestras, pero que afectan principalmente a los pisos adyacentes –los más próximos, superior e inferior–, haciendo tintinear los vasos y vajillas de nuestra vitrina, porque, en una primera fase, aporrean sin piedad las vetustas baldosas y el pavimento. Después de retirar los escombros pertinentes, incluida la anticuada e inútil bañera y demás sanitarios, dejan aquel cuarto de baño lleno de tantos agujeros como un queso gruyere. A continuación y después de cementar, preparando el terreno para colocar las nuevas y relucientes baldosas, escucharemos los ¡pim!, ¡pim! y los ¡toc!, ¡toc! acompasados que provienen de aquel martillo más pequeño pero machacón y que retumba en nuestro oído medio y cerebelo con un sonido acompasado, con cadencia, como marcando el ritmo a los penitentes galeotes en una galera romana de esclavos.
Cuando finalmente piensas que todo ha finalizado, recuperando la paz y tranquilidad perdidas antes de las obras menores, escuchamos nuevamente los ¡pom!, ¡pom! y los ¡pim!, ¡pim!, o ¡toc!, ¡toc!, en el mismo u otro piso, rompiendo definitivamente la buena armonía y convivencia comunitarias, desquiciándote los nervios.
Finalmente diremos, no a modo de reproche, que estas obras menores no las suelen hacen las UTE (uniones temporales de empresas) sino los SIN-PA, apelativo este cariñoso de todos aquellos abnegados y avezados albañiles conocidos, o desconocidos, que hacen la obra menor sin factura –IVA no incluido, por supuesto–, que trabajan, no por amor al arte precisamente y que, llegado el caso, pueden convivir con sus mandantes convecinos largas temporadas hasta formar parte "de facto", no "de jure", de la unidad familiar.
 
Nota: Este artículo -ahora retocado en las formas, que no en el fondo-, está en este blog, por ahí perdido, en alguna entrada anterior, y nunca llegué a enviarlo para ser publicado; era, en principio, un artículo para "mis adentros"; pero, hace poco, un amigo mío me comentó que estaba hasta las narices del insoportable ruido que padecía, día sí y otro también, en su vivienda debido al taladro extemporáneo, o el martilleo machacón, de algún  o algunos vecinos de su edificio. Por lo tanto, se lo dedico con todo cariño a mi amigo y a todos aquellos que soportan, con estoicismo, este tipo de torturas comunitarias.

lunes, 15 de abril de 2013

Lo "urgente", y lo que no, publicado en el Faro de Vigo, 22-04-2013


Lo "urgente", y lo que no

Asumo como mía la recomendación que un buen amigo me hizo no hace mucho:”No hay nada más urgente, cuando la situación se vuelve tan insostenible como inaguantable, que acudir al baño”. También, otro amigo me dio un buen consejo que sigo hoy a pies juntillas:”Cuando alguien me viene con un problema inaplazable que el considera muy, muy urgente, uso la técnica del frigorífico. Primero lo guardo -el problema urgente- uno o dos días en el frigorífico, en el natur-fresh, que es la zona reservada para las frutas y verduras, a una temperatura de -7º ,aproximadamente, para que se enfrié un poco. Luego, al cuarto o quinto día, cuando la urgencia inicial se convierte en una importancia relativa, sin demasiada entidad o consecuencia, lo meto en uno de los cajones del congelador, a -18º, -carne o pescado-, dependiendo del asunto. Finalmente -la inmensa mayoría de las veces-, cuando el problema era, en principio, tan urgente que ha pasado, una semana después, a ser considerado un asuntillo sin importancia -pecata minuta- hasta desvanecerse por completo, como la niebla mañanera en verano cuando es dispersada por el sol del mediodía, sencillamente lo tiro sin más a la basura y santas pascuas”.
Nos creamos problemas, muchas veces, donde no los hay, y lo peor de todo, apremiamos sin piedad a los demás poniéndoles un petardo en el culo haciendo suyos nuestros virtuales apuros y dificultades, cuando lo que deberíamos hacer, en primer lugar, es pensar que no somos el centro del universo y que hay personas que verdaderamente merecen una atención urgente a sus graves problemas; y en segundo lugar, si es un asunto tan inexcusable que no podemos aguantar ni un segundo más, deberemos ir pitando al baño, tal y como me recomendó mi buen amigo.

domingo, 14 de abril de 2013

A chegada da Primavera

o campo, harmonía e serenidade
Onte, 13 de abril comezou, por fin, a Primavera. Despois deste longo e interminable inverno, e cunha temperatura morna que convidaba a pasear sen paraugas, voltamos de novo a sentir o recendo da chamada da natureza preguizosa.
Hoxe, 14 de abril, fixemos unha andaina ata a praia de Area de Bon en Beluso, pasando por Lago Mansiño e Covelo, contemplando a paisaxe ben fermosa, chea de cores verdes, ocres e marelos........,
a terra, cuspindo a auga para fóra
O que acontece é que, coma sempre, a felicidade dura ben pouco; un dos nosos veciños mais sobranceiros soltóunos o seguinte refrán: "A lúa de Octubre, sete meses cubre".
O bo tempo, seica, foi un espellismo, e teremos que agardar ata o mes de Maio, e facer caso ao que din os nosos sabios da natureza, porque, coma di outro refrán coñecido: "Tras o maio vén o San Xoán", que é o mesmo que dicir que "non hai mal que cen anos dure"....