Lo he vuelto a hacer, lo siento. He rescatado un artículo mío publicado el 16-06-2012 en el Faro de Vigo, pero es que muchas veces la realidad supera a la ficción y esta -la renuncia del Papa- bien lo merece.
DIOS
NOS ASISTA
Al parecer la
sospecha se cierne sobre el Vaticano; y lo preocupante es que la cosa
viene de lejos, hasta puede ser que desde los tiempos de San Pedro si
me apuran.
Como
cualquier estado pequeño y singular, y este lo es aunque dentro de
una ciudad, que a su vez pertenece a un Estado, las intrigas
palaciegas están a la orden del día. Intramuros se libra la de Dios
es Cristo entre Padres, Hermanos y Órdenes
religiosas por conseguir la indulgencia Divina y el poder telúrico.
En este pequeño Estado ni Dios se fía ya de nadie,
empezando por el que manda más, o sea, el Santo Padre, que a su vez
es Jefe del Estado, pues en los últimos días ha puesto de patitas
en la calle a su mayordomo y al Sr. Gotti, presidente de las
finanzas vaticanas(IOR), que es el equivalente para entendernos
de nuestro MAFO en el Banco de España, diciéndoles aquello de:
¡anda con Dios!
Al
parecer se comenta en el claustro papal que la causa es por los
tejemanejes de algunos en los caudales divinos, que también
terrenales; y peor aún, la sospecha, entre otros sacrílegos
pecados, de andar con amistades peligrosas y de no muy buena
reputación, y al mismo tiempo de blanquear, no precisamente la
sábana santa, sino los dinerillos celestiales.
Ya
sé que es una cuestión de Fe, Dios me perdone, pero si
esto llega a oídos del Todopoderoso se le caería la cara de
vergüenza y reabriría el purgatorio (que ya sabemos que dejó de
existir para la doctrina de la Fe Católica en enero de 2011), para
que más de uno expíe sus pecados y purifique su alma.
Como Dios manda. Adiós.