SUBSIDIO Y PREFERENTES
Nuestras Cajas de Ahorros gallegas en origen, después de
varias pruebas fallidas de SIP (sistema institucional de protección), intentos
de absorción-fusión por parte de otras entidades , con la presión de los
mercados financieros, los cambios legislativos y los cantos de sirena políticos
por conseguir un músculo financiero propio “made
in Galicia”, consiguieron una fusión contra natura que provocó el sobrecalentamiento de los núcleos
ya de por sí dañados en las dos Cajas de Ahorros fusionadas, dando como
resultado una alteración sustancial de su “core
capital”, hasta el punto de resultar ser en estos momentos(ahora reconvertida en banco) una de las
entidades que está en el punto de mira de nuestros socios europeos y causante,
entre otras, de haber solicitado nuestro País un rescate financiero a la carta.
Por medio se sucedieron las indemnizaciones millonarias, las denuncias, la
investigación de la Fiscalía y el escándalo de las Preferentes. En estas
últimas nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino haciéndonos partícipes
a los contribuyentes de los tejemanejes y las prácticas abusivas de algunos
gestores que viendo lo que se les venía encima y para reforzar la solvencia no
se les ocurrió mejor fórmula que salpicar al menudeo estos productos de difícil comprensión para la mayoría de los clientes. Algunos,
los menos, sí que conocían lo que firmaban y hasta lo alentaban entre sus
congéneres, fruto quizá de prácticas subasteras habituales y acostumbrados a
lidiar con este o aquel banco por conseguir el mejor tipo de interés posible.
Por eso el establecer, como apuntó el Sr. Almunia, un subsidio específico ad hoc concedido por los gobiernos,
estatal o autonómicos, a modo de amnistía es hacernos cómplices con nuestros
impuestos de todos los desmanes habidos y provocados por aquellos, por todos de
sobra conocidos, que se han ido de rositas. La solución es que cargue con el
muerto la propia entidad responsable y cómplice silenciosa en muchos casos de
esta mala praxis que nunca debió suceder.