FILIAS O FOBIAS
Todos hemos tenido alguna vez uno de estos sentimientos hacia
alguna persona, y muchas veces sin mediar una sola palabra con ella. Sucede
así, sin desearlo; es un acto involuntario y espontaneo; va en nuestra forma de
ser y forjado a fuego en nuestro código genético. Fulanito me cae mal; ¿Pero
por qué lo dices, si no lo conoces de nada?; Pues no lo sé realmente, quizás
por su forma de cruzar las piernas; Pero eso no es una razón de peso; Ya lo sé,
pero es lo primero que se me ha ocurrido.
Ciertamente
tenemos, en ocasiones, filias o fobias sin ningún elemento objetivable ni
evaluable científicamente, pero no lo podemos evitar; o tenemos una u otra;
ambas son irreconciliables. Pero no sucede lo mismo cuando vemos en los medios
a algunos políticos corruptos y merecedores, por lo tanto, de nuestras peores
fobias. Por el contrario, debemos ser partícipes de nuestras filias, por ética
y dignidad (algo de que carecen muchos políticos y por supuesto todos los que
sean corruptos), con las personas que sufren el drama de un desahucio, el paro
o los estafados de las preferentes, por ejemplo.