ABUSO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS
Antes de la era de las humanizaciones que impulsó
definitivamente el Plan E del anterior Gobierno en los ayuntamientos, había en
nuestra ciudad algunos establecimientos abiertos al público como bares y
cafeterías que disponían en las aceras, al lado de sus negocios, de mesas y
sillas al cobijo, en algunas ocasiones, de unos pocos toldos y sombrillas.
Ahora con la
ciudad prácticamente humanizada y gracias a la simbólica tasa municipal de
ocupación, bares y cafeterías entoldados campan a sus anchas expandiendo su
territorio natural por las humanizadas aceras. Gracias a ello, también hay que
decirlo,hasta podemos caminar de principio a fin de la Gran vía, por ejemplo,
debajo de estos toldos y sombrillas sin necesidad de mojarnos cuando llueve, o
de quemarnos el cogote cuando pega con fuerza el sol justiciero del mes de
agosto. Eso sí, algunos de estos establecimientos siguen haciendo la puñeta a
los sufridos ciudadanos que intentan traspasar pacíficamente sus dominios
esquivando como pueden el “mobiliario
urbano” que ya forma parte de nuestras vidas durante todo el año.
Estas
incómodas y evidentes situaciones que se dan han sido objeto ya de denuncia
ciudadana en más de un diario, y también cuentan con la seria advertencia del
mandamás municipal que tratando de conciliar por las buenas el legítimo negocio
con el derecho a la servidumbre natural de paso, ha tomado cartas en el asunto
para evitar el desmadre que se advierte en algunos puntos concretos de la
ciudad y que más que de un abuso natural podemos afirmar que existe en estos
momentos una auténtica apropiación indebida por unos pocos de un espacio
público humanizado pagado con los impuestos de todos.
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