Empapelado
No
cabe la menor duda que el diario El País tenía toda la “razón”
del “mundo”
cuando publicó, en primicia, los papeles de Bárcenas, aunque éstos
fuesen, inicialmente, unas simples fotocopias. Ahora, al parecer,
resulta que todo el “mundo”
sabía que aquellos no eran papel mojado sino originales.
Desconocemos si están escritos sobre papel cuché, cebolla o
higiénico pero, sobre el papel, bien pudieran haberlo sido en papel
carbón (una copia para el partido y tres para él), que si alteramos torticeramente el orden de alguna
consonante de esta palabra, nos saldría otra bien distinta, soez y vulgar, eso sí, por la que, también se conoce al supuesto
autor, que no es otro que el extesorero del partido popular.
Al
principio, éste hizo el papel que le correspondía, despistando a
propios -los de su partido- y a extraños (incluídos los de su
propio partido). Es cierto que, más de una vez, este buen señor ha
perdido totalmente los papeles cuando, por ejemplo, realizó con
maestría alguna que otra peineta al respetable. Pero finalmente, fue
víctima de sus propias mentiras y contradicciones y el juez, harto,
lo ha empapelado metiéndolo en el trullo, a ver si refresca un poco
la memoria y pone, de una vez por todas, los auténticos papeles
encima de la mesa, ¡Caiga quien caiga!, como ha manifestado en su
día algún miembro o miembra del partido popular.