El spam de los políticos
¿Cómo voy a
creerme en estos momentos, con la que está cayendo, lo que me digan o puedan
prometer los políticos? Por mucho que intenten convencerme, cualquier mensaje
que llegue a mis oídos, o a través de los medios de comunicación, lo
consideraré como spam o mensaje
basura, la misma que ellos han propiciado y esparcido por todas partes. Ni
ellos mismos se creen las mentiras que predican encima de una tarima en
cualquier mitin dominguero que se tercie. Cuentan con nuestra santa paciencia
para perpetuarse en el poder, para protegerse mutuamente y beneficiar a sus
adláteres a quienes untan periódicamente para silenciar esta corrupción que ha
dejado de ser ya un sarampión para convertirse en una pandemia, en una gangrena
podrida que está afectando a órganos vitales del sistema. ¡Qué fácil es mirar
para otro lado cuando uno duerme todos los días entre sábanas limpias!
Más pronto
que tarde también te afectará a ti, ciudadano, y a los tuyos, impregnando de
moho el colchón donde intentas conciliar el sueño intermitente y lavar tu
conciencia.
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