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sábado, 28 de enero de 2012

Artículo de Prensa (Acoso y Derribo Mediático), publicado en Faro de Vigo, domingo 29 de enero de 2012

Porto de Bueu

ACOSO Y DERRIBO MEDIÁTICO

El título no es muy original pero sí sugerente a tenor de los innumerables procesos judiciales pendientes que nos tocará sufrir y vivir en este año 2012. Al margen de las simpatías o antipatías que nos puedan provocar ciertos personajes públicos, caso Camps, Urdangarín, Garzón, José Blanco, Jaume Matas, La Pantoja,  etc., etc., no podemos  sino denunciar el circo mediático que estamos acostumbrados a ver, escuchar y leer en algunos medios de comunicación que ponen en sus titulares día sí y otro también juicios de valor que, en lugar de informar convenientemente de los procesos judiciales en sí, establecen pautas de comportamiento según sea la línea editorial marcada por sus responsables  para tratar de  influir en la opinión pública estableciendo un acoso y derribo a modo de pseudosentencias, apartándose  de la verdadera finalidad de un medio de comunicación que no es  otra cosa que la de informar imparcialmente de los hechos. No hay que olvidar que estamos ante procesos judiciales de resultado imprevisible, y así debe seguir siendo. Nos guste o no, el resultado incierto de todo proceso judicial no está predeterminado de antemano, mal que les pese a algunos, y no depende de lo que digan a favor o en contra los medios de comunicación o grupos ideológicos de presión, o de otras circunstancias ajenas al proceso.  Nos guste o no, si no hay pruebas o indicios razonables de peso, el resultado del fallo lo determinará, en unos casos el Jurado, y en otros los Jueces y Magistrados. El acoso y derribo mediático a que están siendo sometidas algunas personas imputadas en los procesos judiciales antes mencionados es una mala praxis si con ello lo que  pretenden es influir  en el proceso judicial. Las presiones mediáticas sin mesura perjudican, en primer lugar a los propios imputados, y al final salpican a toda la Justicia dando una imagen de la misma que nada tiene que ver con el Ideal de Justicia. Es cierto que todos nos formamos  o deformamos nuestra propia opinión en cada caso dentro de la libertad de expresión que nos hemos ganado a pulso, pero lo que determinados grupos mediáticos intentan provocar con algunos titulares de prensa no es más que una zafia praxis deontológica  para ocultar la pobre y sesgada información jurídica de sus contenidos.

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