(página de sucesos)
El vehículo
hizo un extraño
y Piñeiro perdió el control
de su Mercedes clase D,
empotrándose
contra un viejo roble centenario
en el kilómetro cuarenta y tres
de la
carretera nacional N-550,
cerca de Padrón, en dirección a Santiago
de
Compostela, donde se dirigía,
desde Pontevedra, a la notaría
del Sr. Sousa para
realizar unas gestiones
acerca de la herencia familiar.
Un aparatoso
accidente que,
afortunadamente,
no revistió daños
personales graves;
sólo una
secuela en el pulmón izquierdo
debido al aplastamiento contra el volante
que
le produjo inicialmente
una pleuresía, y después,
una pleurodinia recurrente
que le provocaba, de vez en cuando, fatiga.
una pleurodinia recurrente
que le provocaba, de vez en cuando, fatiga.
Eso sí, el
coche quedó para chatarra:
siniestro total; un amasijo de hierros
retorcidos
y
un puzle desordenado de plásticos
y vidrios rotos esparcidos
por todas partes.
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