(fragmento nº 22)
"Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino
lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme
besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me
llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos
aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros,
Participo del flujo y del reflujo, cantor soy de
los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados,
También doy testimonio del amor a mis prójimos....."
Nota: como dice Enrique López Castellón, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid en el prólogo del libro " Canto a mi mismo" de Walt Whitman: "Su cuerpo fue a abonar la tierra, a fin de que crecieran más lozanas y frescas -ya para la eternidad -sus inolvidables Hojas de Hierba". "Canto a mi mismo es, en realidad, un canto a todos los hombres identificados con la naturaleza entera".
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