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viernes, 9 de diciembre de 2011

Y al final del camino…….”o arco da vella”


Iba en dirección a mi pequeño universo que es Beluso, como ya sabéis,  el puente de Rande estaba cubierto por una densa niebla, y dejando  el corredor do Morrazo me  detuve en Castiñeiras y más concretamente en el cementerio municipal de Bueu donde reposan mis seres queridos, mis padres, mi hermana, mis padrinos, mi familia. 
 Es curioso, porque siendo agnóstico convencido alguien me dirá, Si no crees por qué vas a un cementerio,  No creo ni dejo de creer respondo, soy un agnóstico convencido no un ateo declarado, no es mi intención refutar a nadie, lo que ocurre es que detesto la práctica enfermiza e irracional de cualquier religión .Encuentro  este "camposanto"   un lugar  “seguro”,  un terreno neutral donde las almas de las personas que ahí descansan me transmiten  serenidad y tranquilidad. Me encuentro cómodo en la soledad del bosque donde solamente se escucha el sonido de los eucaliptos cuando son acariciados por el viento. Adecento un poco el lugar de enterramiento donde reposan mis seres queridos y después de un tiempo de reflexión me voy con un sentimiento de nostalgia y melancolía. En dirección a Beluso por la carretera comarcal que me conducirá a nuestra casa, me detengo a contemplar el bosque en un lugar llamado Forqueiros que en esta época del año está precioso, con esa sinfonía y tonalidades de colores ocres, castaños, amarillos, verde musgo, etc. que te hacen recordar que el invierno ya está llamando a la puerta aunque la temperatura este año está siendo más suave de lo habitual.
 Dejo a mano izquierda la Ermita de San Mamede, que me trae muchos recuerdos de mi infancia y contemplo cómo a lo lejos se divisa ya el mar, con un manto gris plomizo que contagiado del cielo de la misma tonalidad nos invita a reflexionar y pensar. A muy poca distancia de nuestra casa en Beluso , de repente aparece como un rayo electrizante  el arco iris “o arco da vella”. Sale de la profundidad del océano con ese colorido  característico, sobresaliendo más si cabe por el efecto del cielo y el mar. ¡Qué maravilla! Apuro un poco y ya desde la terraza de nuestra casa lo contemplo en todo su esplendor. No uno, sino dos arcos da vella paralelos aparecen ante mí como diciendo:" por muy duro que sea el camino, por muchas adversidades que pases en tu vida, al final del camino encontrarás…….”o arco da vella”, y entonces, me acordé de un buen amigo “imprescindible” que nos dejó en el mes de julio pasado, Francisco Justo Carou Blanco, párroco de Boiro, y también de Ulises.

Escuchamos la versión de "somewhere over the rainbow", por Israel Kamakawiwo'ole:

1 comentario:

Toñito dijo...

Despues de leer esto, creo que le debes dedicar un espacio informativo, divulgativo y laudatorio a la Secuoyas de Beluso (El Pais-Galicia, domingo 11 de diciembre de 2011).