EL PRIMER AMOR
Uno lo recuerda como lo que fue, sencillamente hermoso e irrepetible. Casi
recién salido de la niñez, en la incipiente juventud, surge un buen día entre
un mar de dudas concupiscentes. Es lo que más te importa en la vida. No puedes
pensar en otra cosa, noche y día. Las ilusiones y los proyectos efímeros se
mezclan en tu mente y tus hormonas inician un camino desenfrenado buscando
preguntas, dudas existenciales y también terrenales.
Es una etapa que la recordarás toda tu vida; a
veces entremezclada oníricamente en tus sueños y en tus deseos. Es un refugio
al que siempre deseas volver cuando la vida te cubre de nubarrones y tormentas.
Un buen día,
sin saber el motivo, desaparece como la niebla en el verano, y sientes un vacío
que te durará algún tiempo, pero que a ti te parecerá siglos de travesía en el
desierto.
Vendrán otros……, pero no será el-lo-mismo. Guardarás en tu corazón y en
tus pensamientos la fruta dulce y amarga, al mismo tiempo, y la candidez que
para uno representó en su vida su primer amor.
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