ESBIRROS Y ESTÓMAGOS
AGRADECIDOS
Basta con escuchar la radio y ver la televisión o leer
determinada prensa para comprobar cómo algunos tertulianos y opinantes se
arrogan la verdad más absoluta. Sencillamente actúan no pro domo súa, que también, vertiendo
sus propios discursos, comentarios y opiniones, sino copiando fielmente el
guión establecido, con tintes muchas veces rancio y trasnochado.
Por ejemplo,
al que le guste los espacios que dedican los medios (sobre todo la radio y
televisión) al comentario diario de las noticias políticas y económicas, no me
digan que algunos opinantes y contertulios no se muestran como verdaderos esbirros a favor o en contra de una
opción política determinada, escorándose a babor o a estribor, según sea el
dictado, y mostrándose como secuaces de sus jefes políticos de redacción, que a
su vez responden al toque de corneta del jefe de filas del partido político
correspondiente. La máxima es: Tú prorrumpe e interrumpe cuantas veces sea
menester cuando intervenga el opinante contrario, porque de lo que se trata es
de que se te escuche y se te vea y chupes cámara o micrófono según sea el caso;
si no lo haces, no tendremos más remedio que revocar tus efímeros poderes y
relegarte a la sección de sucesos. A algunos se les ve claramente el plumero o
plumaje, llevando torticeramente a una mesa de opinión las diferencias
políticas irreconciliables del Parlamento, como si de altavoces o ecos de
nuestra clase política se tratase.
Pero lo que
de verdad es un dolor de muelas es ver a estos zascandiles, tarambanas y
mequetrefes en algunos programas mediáticos denominados programas del corazón. Algunos
se comportan como auténticos estómagos
agradecidos o factótum del mundo
de la farándula, posicionándose a favor o en contra y defendiendo la “bufanda” o el pan de sus hijos que reciben:
Mira, si me pones como ejemplo de padre o madre ejemplar y que canto como los
ángeles y que mi vida está más inmaculada que la virgen del Rocío te prometo
que te gratificaré con la primicia del próximo escándalo mediático que
provoque, y de esta forma tú recibes tu
dinerillo y yo lavo mi imagen ¿Qué te parece, arreglamos?
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