día y hora

lunes, 15 de abril de 2013

Lo "urgente", y lo que no, publicado en el Faro de Vigo, 22-04-2013


Lo "urgente", y lo que no

Asumo como mía la recomendación que un buen amigo me hizo no hace mucho:”No hay nada más urgente, cuando la situación se vuelve tan insostenible como inaguantable, que acudir al baño”. También, otro amigo me dio un buen consejo que sigo hoy a pies juntillas:”Cuando alguien me viene con un problema inaplazable que el considera muy, muy urgente, uso la técnica del frigorífico. Primero lo guardo -el problema urgente- uno o dos días en el frigorífico, en el natur-fresh, que es la zona reservada para las frutas y verduras, a una temperatura de -7º ,aproximadamente, para que se enfrié un poco. Luego, al cuarto o quinto día, cuando la urgencia inicial se convierte en una importancia relativa, sin demasiada entidad o consecuencia, lo meto en uno de los cajones del congelador, a -18º, -carne o pescado-, dependiendo del asunto. Finalmente -la inmensa mayoría de las veces-, cuando el problema era, en principio, tan urgente que ha pasado, una semana después, a ser considerado un asuntillo sin importancia -pecata minuta- hasta desvanecerse por completo, como la niebla mañanera en verano cuando es dispersada por el sol del mediodía, sencillamente lo tiro sin más a la basura y santas pascuas”.
Nos creamos problemas, muchas veces, donde no los hay, y lo peor de todo, apremiamos sin piedad a los demás poniéndoles un petardo en el culo haciendo suyos nuestros virtuales apuros y dificultades, cuando lo que deberíamos hacer, en primer lugar, es pensar que no somos el centro del universo y que hay personas que verdaderamente merecen una atención urgente a sus graves problemas; y en segundo lugar, si es un asunto tan inexcusable que no podemos aguantar ni un segundo más, deberemos ir pitando al baño, tal y como me recomendó mi buen amigo.

1 comentario:

Blue dijo...

Pues habrá que ir pidiendo a los fabricantes que dejen en la nevera un espacio para "esas cosas", aunque creo que los gallegos, por esa prudencia natural que tenemos, ya alojamos algo parecido en el cerebrito, non sí?
Saúdos.