EL GOBIERNO DESTAPÓ LA CAJA DE PANDORA
Según la mitología griega Pandora fue la primera mujer mortal
creada por los Dioses a la que confiaron un cofre cerrado conteniendo un sinfín
de habilidades y virtudes con el propósito de administrarlo prudentemente. Una
vez destapado abruptamente, salieron de él enormes males que asolaron a toda la
humanidad. Fue inútil cerrarlo a tiempo y lo único que se salvó a buen recaudo
fue el espíritu de la esperanza, último consuelo que les quedaría a los mortales en los tiempos
difíciles.
El Gobierno recibió mayoritariamente de todos los españoles el pasado día 20 de noviembre la “caja de Pandora” en forma de legitimidad democrática para que la gestionase responsablemente en la ardua tarea de gobernar un país sumido en las turbulencias financieras y económicas globales, con el mandato de no abrirla violentamente, lo que contradice en principio la batería de reformas de gran calado que hemos conocido hasta ahora y las que están aún por llegar. La última, la reforma laboral aprobada en el Consejo de Ministro del pasado día 11 de febrero abrió la caja de Pandora, desatando entre la ciudadanía en general y en la clase trabajadora en particular no pocas inquietudes, por mucho que nos intenten convencer que es una condición necesaria para la recuperación económica. Ojalá no se haya equivocado nuestro Gobierno abriendo demasiado pronto la Caja de Pandora, porque de lo contrario ni siquiera nos quedará el consuelo de la esperanza en estos tiempos convulsos que nos toca vivir.
El Gobierno recibió mayoritariamente de todos los españoles el pasado día 20 de noviembre la “caja de Pandora” en forma de legitimidad democrática para que la gestionase responsablemente en la ardua tarea de gobernar un país sumido en las turbulencias financieras y económicas globales, con el mandato de no abrirla violentamente, lo que contradice en principio la batería de reformas de gran calado que hemos conocido hasta ahora y las que están aún por llegar. La última, la reforma laboral aprobada en el Consejo de Ministro del pasado día 11 de febrero abrió la caja de Pandora, desatando entre la ciudadanía en general y en la clase trabajadora en particular no pocas inquietudes, por mucho que nos intenten convencer que es una condición necesaria para la recuperación económica. Ojalá no se haya equivocado nuestro Gobierno abriendo demasiado pronto la Caja de Pandora, porque de lo contrario ni siquiera nos quedará el consuelo de la esperanza en estos tiempos convulsos que nos toca vivir.
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