pequeño bosque de Boj, Lazareto illa de San Simón, ría de Vigo |
DE LOS FALSOS ÍDOLOS
Algunos desearían verse reflejados
en el espejo de ciertas personas que podemos calificarlas como “nuestros
ídolos” y sienten una sana envidia, o no tan sana a veces, cuando aquéllas
disfrutan de unos privilegios económicos, de dudosa reputación en ocasiones, o
poseen unas habilidades naturales que en principio les hacen parecer distintos
de los demás, elevándolos a los altares de una idolatría mal entendida.
Quiero
reivindicar desde aquí a la persona sencilla, cotidiana y honrada. A Vd. y a
mí, por ejemplo, que no tenemos más pretensión que la de vivir nuestras
alegrías y sufrimientos de la mejor manera posible; de la serena paz del
anonimato, de la tranquilidad de disfrutar de un apacible paseo por la playa o
el bosque, de poder compartir con las amigos la afición por la música o la
lectura sosegada de un diario. “Nadie es más que nadie”, y por lo tanto,
dejemos que esos “ídolos” de barro y de postín, fruto a menudo de nuestras frustraciones,
se hundan en el mar profundo de nuestro olvido y tengamos la humilde convicción
de que a buen seguro, Vd. y yo
disfrutaremos mejor de “esas pequeñas cosas” que nos regala la vida y que a
esos “ídolos” en la mayoría de las ocasiones le son negadas.
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