COSAS ÚTILES
E INÚTILES
Voy a hablar
en este breve artículo solamente de cosas, no de personas-aunque conozco más de una digna del segundo adjetivo, y que
daría mucho juego-; pero esto es otra historia.
Yo, por
ejemplo, tengo un blog y soy miembro
por adhesión, como tantos cientos de miles en este planeta tierra, de una de
esas cuentas tan populares que existe en las redes sociales como es “twitter”. ¿Y por qué tengo esta cuenta?;
pues no sé qué decirles. Un día como otro cualquiera un amigo mío me invitó a
abrir una de esas cuentas y yo elegí twitter,
más que nada por el símbolo, que es un pajarito azul creo. Este amigo- que está
metido en todas las redes sociales conocidas y desconocidas-, me dijo: ¡Sí
hombre, por qué no!; yo te puedo agregar, tú a mí, y podemos meter por medio también a nuestros
vecinos y conocidos, y de esta forma comunicarnos mejor. Pero, querido amigo,
tú vives a cien metros de mí, en la misma calle; si tengo algo que decirte o
a la inversa, qué mejor que quedar en nuestro cuartel general, el bar Manolo,
tomando nuestras cañas de cerveza y así conversar tranquilamente de lo divino y
de lo humano, le contesté. Al final mi amigo me dio toda la razón.
Para mí, en
cambio, el blog es algo útil porque, parco en palabras, puedo,
a modo de diario, ordenar mis artículos, expresar en poesía mis sentimientos
más íntimos, experimentar las sensaciones más concupiscentes por medio de fotografías y vídeos o simplemente divagar acerca de mis
experiencias telúricas o cósmicas; y el
que quiera leerme, que me lea, y el que no, él se lo pierde.
Sin embargo
para mí tener una cuenta en twitter,
o “facebook” me parece algo inútil-lo
digo con todo cariño para quien las tenga-,
a no ser que quiera uno dormir, en lugar de con su pareja, con un celular que
pita o vibra dependiendo del tono o politono correspondiente.
Y qué me
dicen Vds., del “whatsApp”……, este
invento demoníaco, “the latest fashion” como dicen los ingleses; de mensajes
imposibles, bidireccionales, fugaces y machacones. Los más jóvenes “flipan en colores” con este invento maquiavélico y que bien pudiera representar en un futuro
inmediato la perdición de muchos, no un
efugio pasajero; si no tiempo al tiempo; y también la ruptura de la buena armonía
y convivencia familiar.
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