MI VIDA EN DIEZ ESTROFAS
(HOMENAJE A D.
ANTONIO MACHADO, POETA)
Las noches son oscuras,
los
días son eternos,
cuando
no queremos vernos
en
situaciones duras. (Milucho)
I
De mi infancia tengo,
aunque con lagunas, un buen recuerdo;
Jugando en Bueu, mi
pueblo, con mis amigos todo el día.
Fui feliz en mi
juventud, de eso bien me acuerdo,
que de solo pensarlo me viene la saudade y la melancolía.
II
Todavía joven, sufrí
en mis entrañas la situación más dura.
Descendió y llegó a mi vida la cara oculta de la luna,
se fue al cielo mi madre, la persona más limpia y
pura,
y me quedé en este
mundo más solo que la una.
III
Se sucedieron luego
los estudios y el trabajo,
no sin antes servir a
la “patria” en Granada,
ahora sí que debo
decir que ahí no aprendí nada de nada,
pero me
desenvolví entre mis colegas con
desparpajo.
IV
Nunca me llamó ni me interesó
en demasía “ don dinero”.
Amo la amistad y quería
compartir con los míos la alegría,
pensaba , y pienso, que en esta vida, lo primero,
era, y es hacer siempre el bien ,y ser feliz cada día.
V
Por eso no entiendo la contumacia de mucha gente,
de andar fastidiando al prójimo constantemente;
con lo fácil que es practicar la bondad verdadera,
sin buscar el dinero fácil, como si fuese una
quimera.
VI
He vivido alegrías y
no pocas desilusiones,
he sufrido puñaladas
traperas y algunas zancadillas indolentes,
que procedían casi siempre de las mismas gentes
que nunca aplicaron bien de la vida sus lecciones.
VII
Soy persona,
confieso, parco en palabras y pluma fácil,
dicen mis amigos, conocidos,
vecinos y allegados,
haces lo que no hacen
otros, dicen, lo más difícil,
que es escribir con
metonimias e ironía los artículos más
osados.
VIII
Confieso también, que
tengo una afición indebida,
como es la de llevar
siempre conmigo un cuaderno,
ya llueva o haga sol,
ya sea verano o invierno,
esta manía que profeso con devoción, me acompaña toda mi
vida.
IX
Un buen día, en
Otoño, se me ocurrió viajar al Sur, a Gadir,
para reencontrarme con mi familia Gaditana,
sólo sé que me desperté
turbado, por la mañana,
y desde aquel viaje, no
puedo dejar de escribir.
Ahora con la poca o
mucha experiencia vivida,
lo puedo decir bien alto y con humildad,
lo que más me importa en esta vida
es vivir tranquilo,
conmigo mismo, y con los demás en paz.
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