DIOS NOS ASISTA
Al parecer la sospecha se cierne sobre el Vaticano; y lo
preocupante es que la cosa viene de lejos, hasta puede ser que desde los
tiempos de San Pedro si me apuran.
Como
cualquier estado pequeño y singular, y este lo es aunque dentro de una ciudad,
que a su vez pertenece a un Estado, las intrigas palaciegas están a la orden
del día. Intramuros se libra la de Dios es Cristo entre Padres, Hermanos y Órdenes religiosas por conseguir la
indulgencia Divina y el poder telúrico. En este pequeño Estado ni Dios se fía ya de nadie, empezando por el que
manda más, o sea, el Santo Padre, que a su vez es Jefe del Estado, pues en los
últimos días ha puesto de patitas en la calle a su mayordomo y al Sr. Gotti, presidente de las finanzas vaticanas(IOR), que
es el equivalente para entendernos de nuestro MAFO en el Banco de España,
diciéndoles aquello de: ¡anda con Dios!
Al parecer se comenta en el claustro papal que
la causa es por los tejemanejes de algunos en los caudales divinos, que también
terrenales; y peor aún, la sospecha, entre otros sacrílegos pecados, de andar
con amistades peligrosas y de no muy buena reputación, y al mismo tiempo de
blanquear, no precisamente la sábana santa, sino los dinerillos celestiales.
Ya sé que es
una cuestión de Fe, Dios me perdone,
pero si esto llega a oídos del Todopoderoso se le caería la cara de
vergüenza y reabriría el purgatorio (que ya sabemos que dejó de existir para la
doctrina de la Fe Católica en enero de 2011), para que más de uno expíe sus pecados y purifique su alma. Como
Dios manda. Adiós.
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