Lo "urgente", y lo que no
Asumo
como mía la recomendación que un buen amigo me hizo no hace
mucho:”No hay nada más urgente, cuando la situación se vuelve tan
insostenible como inaguantable, que acudir al baño”. También,
otro amigo me dio un buen consejo que sigo hoy a pies
juntillas:”Cuando alguien me viene con un problema inaplazable que
el considera muy, muy urgente, uso la técnica del frigorífico.
Primero lo guardo -el problema urgente- uno o dos días en el
frigorífico, en el natur-fresh, que es la zona reservada para las
frutas y verduras, a una temperatura de -7º ,aproximadamente, para
que se enfrié un poco. Luego, al cuarto o quinto día, cuando la
urgencia inicial se convierte en una importancia relativa, sin
demasiada entidad o consecuencia, lo meto en uno de los cajones del
congelador, a -18º, -carne o pescado-, dependiendo del asunto. Finalmente -la
inmensa mayoría de las veces-, cuando el problema era, en principio,
tan urgente que ha pasado, una semana después, a ser considerado un
asuntillo sin importancia -pecata minuta- hasta desvanecerse por
completo, como la niebla mañanera en verano cuando es dispersada por
el sol del mediodía, sencillamente lo tiro sin más a la basura y
santas pascuas”.
Nos
creamos problemas, muchas veces, donde no los hay, y lo peor de todo,
apremiamos sin piedad a los demás poniéndoles un petardo en el culo
haciendo suyos nuestros virtuales apuros y dificultades, cuando lo
que deberíamos hacer, en primer lugar, es pensar que no somos el
centro del universo y que hay personas que verdaderamente merecen una
atención urgente a sus graves problemas; y en segundo lugar, si es
un asunto tan inexcusable que no podemos aguantar ni un segundo más,
deberemos ir pitando al baño, tal y como me recomendó mi buen
amigo.
1 comentario:
Pues habrá que ir pidiendo a los fabricantes que dejen en la nevera un espacio para "esas cosas", aunque creo que los gallegos, por esa prudencia natural que tenemos, ya alojamos algo parecido en el cerebrito, non sí?
Saúdos.
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