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viernes, 13 de abril de 2012

CAGADAS- artículo periodístico-


CAGADAS

Perdón en primer lugar por usar este adjetivo malsonante, pero es una expresión que se utiliza más de lo que pensamos. El diccionario de la Real Academia lo define como  como un adjetivo coloquial y viene a ser “la acción que resulta de una torpeza”. Yo, por ejemplo, la he utilizado recientemente; y también se la he oído decir a algún político; eso sí, con la boca pequeña no vaya a ser que se entere el respetable y tenga que dar luego explicaciones inoportunas. También he escuchado algunas palabras peores, lo admito. Por eso, por ser un adjetivo frívolo, soez y de mal gusto, a lo largo de este breve artículo, cuando haga referencia a ella utilizaré la abreviatura, inventada, CGD.

            Sin ir más lejos el otro día en una conversación informal con unos amigos salió a colación algunos acontecimientos vividos y reproducidos recientemente por los medios de comunicación. Veamos unos ejemplos significativos.

            Cuando los primeros ministros francés e italiano, Sarkozy y Monti respectivamente, han “utilizado” expresiones desafortunadas hacia España  recientemente, ante el rumor de un hipotético rescate de nuestro país y en beneficio electoral el primer mandatario europeo, poniéndonos como claro ejemplo de lo que no hay que hacer, aunque sea cierto, habrá que decirles aquello de: La han CGD haciendo estos comentarios sin ningún fundamento o rigor científico.

            O cuando la Presidenta de la Comunidad de Madrid soltó aquel exabrupto no hace mucho, de que hay que devolver al Gobierno Central las competencias básicas como la Justicia, Sanidad o Educación, como si se tratase de un partido de tenis. Sinceramente, creo que la ha CGD con tanta generosidad de devolución competencial, porque no era el momento ni el lugar; lo que hay que hacer, señora mía, es exigir a las Autonomías mayor control  en el gasto público y menos despilfarro en cuchipandas faraónicas inasumibles financieramente. A lo mejor pretende que volvamos a la etapa pre constitucional ya superada afortunadamente, aunque algunos la añoran fervientemente.

            Y también cuando algún ex Presidente del Gobierno de la nación aparece como el Guadiana, extemporáneamente; suelta su perorata y algunas perlas filosóficas y se vuelve como si nada a su casa y al cobijo de su bien merecida pensión vitalicia nada desdeñable; a estos buenos señores les diremos, con mucha educación, que mejor se queden es sus palacios de verano o invierno cuidando de sus bonsáis y de sus ovejas.

            Se pueden decir más CGD, pero no es menester continuar para no removerlas demasiado.
Y Vuelvo a pedir perdón de nuevo por la utilización del adjetivo de marras, quizás inadecuado, inoportuno e impropio de mi estilo literario; pero no me digan que no han entendido a la perfección lo que he querido decir con estos ejemplos gráficos pronunciados por la clase política, española y  europea. Asumo mi responsabilidad y desde esta tribuna afirmo que no volveré a escribir CGD como esta nunca más.

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