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lunes, 17 de octubre de 2011

artículo que no llegó a publicarse, pero al que le tengo especial cariño

Lo Público y lo Privado


Cuando hablamos de  sistemas de protección de salud (Público o Privado), por ejemplo, o sistemas educativos, siempre corremos el riesgo de generalizar y verter comentarios y comparaciones  fruto del mimetismo colectivo .Y eso nos ha ocurrido  a todos alguna vez , sin pensar que dentro de estos sistemas existen personas/profesionales, muchas responsables y eficientes. Asimismo esta apreciación es extensible para todas las profesiones (Públicas o Privadas).  Es cierto que en la salud o en la educación, por su importancia y protección jurídica, los sistemas Públicos, sobre todo en nuestro entorno socioeconómico, tienden a  ser más equitativos y universales y, por lo tanto, hay que prestarles mayor atención. Pero yo me refiero a las personas. Hablemos de las personas/profesionales o de profesionales/personas, tanto en el ámbito Público como en el Privado. Como en todo, hay buenos(as) profesionales/personas que hacen muy bien su trabajo, que se preocupan, y otros(as) no tan buenos que lo único que parece les motiva es mantener su status económico y perpetuarse en su puesto de trabajo esperando el momento de su ansiada jubilación: hay buenos y malos abogados; mejores y chapuzas albañiles; eficientes y obtusos funcionarios públicos, etc.  Desde mi experiencia reciente debido a una prolongada enfermedad, (hablo ahora de sistemas de protección de salud), me han atendido y tratado excelentes profesionales y mejores personas, tanto en el sistema Público de salud como en el Privado.  Aprovecho para dar las gracias a los distintos médicos(as) de las distintas especialidades que me han atendido, principalmente a mi médico de atención primaria, quien me ha “soportado” durante los últimos meses y al que siempre le estaré agradecido.




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