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miércoles, 30 de enero de 2013

La importancia de un e-mail, publicado en el Diario la Opinión de A Coruña, 2-02-2013


LA IMPORTANCIA DE UN E-MAIL

Ya conocemos las consecuencias que esta sutil y útil herramienta informática está teniendo en el caso Nóos donde el exsocio de Urdangarín está bombardeando dosificadamente desde el principio de la causa judicial con e-mail comprometedores y con la finalidad de compartir, como buenos camaradas que lo fueron en su día, una inminente y eventual condena.

            También hemos conocido recientemente los e-mail que tan “amablemente” les enviaban los jefes de las defenestradas cajas de ahorros españolas a sus empleados donde le sugerían que “invitasen” a los clientes a suscribir productos financieros complejos que ni aquéllos mismos entendían, indicándoles que, de lo contrario, no comerían centollas de la ría ni camarones en la cena anual de la entidad.

            Es importante guardar los e-mail, si son comprometedores mejor, porque uno nunca sabe si algún día los va a necesitar. Yo, por la parte que me corresponde, guardo y conservo en tres archivadores definitivos documentos clasificados materia reservada y que he recopilado en mis treinta años de vida laboral. Lo que sucede es que en los dos primeros guardo información confidencial en hojas térmicas de fax –porque en aquel entonces no disponía de servicio de correo electrónico-, que con el transcurso del tiempo se han vuelto amarillas y las letras o números han desaparecido prácticamente del texto, sólo unos signos ilegibles que no soy  capaz de descifrar, pero las guardo de igual forma por su valor sentimental. Pero en el tercer archivador guardo y tengo información –esta vez sí contenida en e-mail- que podría hacer tambalear al mismísimo índice selectivo IBEX 35. También digo, que puede haber e-mail que nos pueden algún día sacar los colores y, por lo tanto, hacer pasar un mal rato.

            Todos somos esclavos de nuestros propios actos y más aún de nuestras palabras (aunque estén contenidas en unos inocentes e-mail), pero en lugar de conservarlos en unos anticuados y desfasados archivadores, hagamos uso de las nuevas tecnologías, utilizando para ello un útil y diminuto pendrive.          

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