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martes, 20 de marzo de 2012

PARA EL PAÍS SEMANAL. COMENTARIO A UN ARTÍCULO APARECIDO EN EL Nº 1.851, DOMINGO, 18 DE MARZO DE 2012-“ ATRAPADOS EN EL TRABAJO”.-ELEGIDA MEJOR CARTA DE LA SEMANA, Nº1.853, 01-04-2012-y publicado completo en Faro de Vigo, 14-04-2012-


No cabe duda que la adicción al trabajo  puede ser una enfermedad; pero quienes la  padecen,- porque así lo han querido, llevando su trabajo hasta las últimas consecuencias, no delegando las tareas en otras personas y queriendo figurar a costa de todo y de todos como los números uno en su profesión y oficio, no prestando la atención que se merece, no ya  sus amigos, sino su propia familia, permítaseme la expresión,-“es sencillamente porque se lo han buscado”-.
            Otros trabajadores, la inmensa mayoría no “vivimos para trabajar”, sino todo lo contrario, siendo conscientes por supuesto de la importancia que tiene realizar bien tu trabajo y ser responsable del mismo. La resiliencia como la denominó la psicología positiva aplicada al mundo laboral, y más en estos momentos tan difíciles donde existe un horizonte de inseguridad en el puesto de trabajo, tiene unos límites que si se traspasan puede derivar en daños importantes para la salud laboral de los trabajadores. Algunos directivos hasta pueden pensar “que no es país para trabajadores con riesgos”, pero lo que de verdad subyace en el fondo es una deficiente organización  de las condiciones de la prestación de trabajo en las empresas, no prestando la atención que de verdad merece esta importante cuestión. Partiendo de la base de que la respuesta ante determinados factores estresores identificados en el trabajo es distinta según sea uno u otro trabajador, y que no todos respondemos de la misma manera ante una misma situación, no  ya en el trabajo, sino en la propia vida, es de suma importancia adoptar las medidas preventivas que ya están establecidas con amplitud y claridad en nuestro ordenamiento jurídico, y más concretamente en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,  cuidando por encima de otras consideraciones la salud de la persona que es el bien más importante a proteger. De lo contrario pueden aparecer, por ejemplo, determinados riesgos psicosociales como el estrés laboral, bore-out, burn-out, frustración laboral, acoso moral o mobbing, verdaderas enfermedades que lo son  en el mundo laboral.

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